Emprender como autónomo o sociedad es una de las preguntas que más me han hecho mis clientes a la hora de desarrollar un negocio.

Muchas veces antes de redactar el plan de empresa ya que puede condicionar mucho los cálculos financieros relacionados con el pago de impuestos.

En 4 consejos si has decidido emprender te asesoro para iniciar y avanzar en tu proyecto. Ahora, si ya tienes tu idea de negocio y has evaluado tus actitudes emprendedoras, es el momento de elegir.

Aunque hay más fórmulas para crear tu empresa, hoy estudiaremos las dos opciones más utilizadas en nuestro país: el empresario individual o autónomo y la Sociedad Limitada.

¿Autónomo o Sociedad Limitada?

No se puede determinar con total precisión la forma jurídica más adecuada para desarrollar tu idea ya que depende de factores económicos, personales y comerciales. Pero si hay ciertas pautas que te ayudan a elegir la que mejor se adecua a tus necesidades:

Socios

Si vas a iniciar una actividad económica por cuenta propia en donde sólo vas a trabajar tú, lo normal es que lo hagas como autónomo.

Podrás ser empresario individual o profesional. Y estarás obligado a declarar los rendimientos de tu actividad económica en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas.

Como autónomo es complicado asociarse, aunque puedes hacerlo a través de las sociedades civiles o las comunidades de bienes.

Pero si tienes socios, te recomiendo la Sociedad Limitada porque facilita la entrada y salida de socios sin que los existentes pierdan el control.

La Sociedad Limitada tiene personalidad jurídica propia independiente de la de los socios. Por eso, los rendimientos que obtiene tributan en el Impuesto sobre Sociedades.

Responsabilidad

La desventaja principal del autónomo con respecto a la S.L. es que responde con su patrimonio personal presente y futuro de manera ilimitada a las deudas y responsabilidades que pudiera contraer su negocio Clic para tuitear

La Sociedad Limitada, como su nombre indica, es de responsabilidad limitada y por tanto sólo responde con su patrimonio.

Aunque, en el contexto económico actual, no se suele conceder financiación a una sociedad sin el aval de los socios. Esto supone una extensión de la responsabilidad del socio a la financiación externa concedida a la empresa.

Para corregir esta desventaja de los autónomos frente a las sociedades, en 2013 se creó la figura del emprendedor de responsabilidad limitada.

Pero como no limita la responsabilidad frente a las deudas contraídas con Hacienda y la Seguridad Social, esta medida ha resultado ser un fracaso.

Constitución

Los trámites para constituirte como autónomo son mucho más sencillos y baratos que para hacerlo como S.L..

Tan sólo necesitas comunicar el inicio de actividad a Hacienda y a la Seguridad Social. Estas gestiones son gratis si las realizas tú mismo o a través de un Punto de Atención al Emprendedor. (No te puede cobrar por el alta telemática pero sí por el asesoramiento personalizado que te ofrezca).

Además el proceso es mucho más rápido (un solo día) ya que constituir una sociedad puede tardar entre 1 y 30 días.

Si la sociedad se constituye por vía telemática, con un capital social inferior a 3.100 euros y sin socios jurídicos, puede realizarse en aproximadamente 24 horas y con gastos reducidos de notario y registro (120 euros).

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Aportación económica

Para constituir una S.L. hay que aportar un capital social mínimo de 3.000 euros, mientras que como autónomo no es necesaria ninguna aportación.

No hace fallta que todo el capital se aporte en efectivo, pueden realizarse aportaciones no dinerarias como inmuebles, ordenadores, maquinaria…siempre que el valor total del capital aportado sea, como mínimo, de 3.000 euros.

Costes de gestión

El coste de gestoría es más bajo en el caso de los autónomos que en el de las sociedades debido a que su contabilidad es bastante más sencilla.

Impuestos

El empresario individual tributa en el IRPF, que es un impuesto progresivo, mientras que la S.L. tributa en el IS, que es un impuesto con tipos fijos (el tipo general es el 25%).

Si los beneficios son altos, convendría más constituir una sociedad para pagar menos impuestos.

Pero esta ventaja sólo tiene realmente valor si dejas los beneficios como patrimonio de la sociedad. Si quieres llevarte el beneficio, tendrás que tributar por tu nómina o por los dividendos que te repartas y al final quedará más o menos igual.

Acceso a financiación bancaria

Las sociedades tienen, en principio, mayor facilidad para acceder a créditos bancarios, ya que sus cuentas son más precisas y ofrecen mayor confianza económica.

Aunque, en ambos casos, es fundamental el aval o garantía.

Imagen comercial

La sociedad da mejor imagen de empresa, de proyecto con visión a largo plazo, con vida indefinida al margen de los socios, por lo que a nivel comercial es la opción más indicada.

Mejor empezar como autónomo

Cuando tengas que elegir entre autónomo o sociedad

salvo que

– te interese asociarte con alguien

– haya motivos comerciales o financieros que aconsejen lo contrario

te recomiendo iniciar tu actividad dándote de alta como autónomo y acogiéndote a la tarifa plana porque es la manera más sencilla y barata de comenzar un negocio.

Una vez que la empresa tome un buen ritmo y tenga una alta facturación, será el momento de cambiar a una Sociedad Limitada (S.L.) o Sociedad Limitada Unipersonal.

Te recuerdo que nuestra firma está designada y reconocida como punto PAE (buscar por Nombre: Joaquina Rueda) a fin de poder constituir autónomos y sociedades telemáticamente con la aprobación y supervisión del CIRCE (Centro de Información y Red de Creación de Empresas).

Te resultará más fácil y cómodo que hacerlo por tu cuenta. Contacta con nosotros.

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